Todos hemos pasado por ese momento en el que nos damos cuenta que el mundo no es exactamente como lo imaginábamos, esa desilusión de saber que tal vez no todo es feliz, perfecto ni justo. Es un tema con el que la mayoría de las personas pueden relacionarse. Para representar este momento, se deconstruyen siete mamelucos para crear un “mameluco para adultos”, sin embargo, este mameluco es muy diferente a los demás; en él se pueden observar orificios que simbolizan la exposición al mundo real y un degradado de rosa a gris a lo largo de la prenda representando el tránsito de un mundo rosa a uno más “sucio”. Es una memoria de mi propia infancia, ilustrando algunos de mis garabatos infantiles en el textil de la prenda.